martes, 10 de marzo de 2009

Las FRAP en Guadalajara.













Las FRAP en Guadalajara

Por Jesús Zamora García

Historiador por la Universidad de Guadalajara

Las Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo (FRAP) fue una de las tres organizaciones guerrilleras que operaron en Jalisco durante la década de los setenta del siglo XX. Otras dos más fueron la Unión del Pueblo y la Liga Comunista 23 de Septiembre. Algunos de los militantes de las FRAP provinieron tanto de las Juventudes Comunistas, como de las luchas políticas y sociales ocurridas al interior de la Universidad de Guadalajara durante el periodo que fue de 1968 a 1973. Una de sus primeras apariciones públicas ocurrió en febrero de 1973 al llevar a cabo el secuestro del cónsul estadounidense Terrence George Leonhardy en una operación coordinada con un grupo del Frente Estudiantil Revolucionario (FER) que tenia su base en la Colonia Morelos.

La intempestiva acción de las FRAP desató en cierta medida el movimiento armado en la ciudad de Guadalajara. Debido al plagio del funcionario norteamericano, los militantes de las demás organizaciones debieron llevar a cabo una serie de posturas estratégicas que les permitieran progresar en sus respectivos proyectos revolucionarios. La historia de las FRAP se puede situar en dos fases: una que fue de 1968 a 1973 y otra que parte de 1973 a 1982. Ambas fases fueron cambiantes dado el carácter inestable de las estrategias de combate de la guerrilla contra el Estado habidas en esos años. El binomio marxismo-leninismo, que fue pieza clave de la formula de lucha en los manuales de adoctrinamiento de la guerrilla a fines de los sesenta en México.

Ese método doble integraba el argumento teórico expuesto en la obra de Marx por un lado, y por el otro la experiencia material del movimiento socialista encabezado en buena medida por Lenin durante la revolución rusa de 1917. Los documentos clásicos sobre la revolución socialista, fueron el eje formativo-intelectual de cientos de jóvenes, que recurriendo a dichos textos iniciaron a finales de los sesenta su abordaje al pensamiento revolucionario. Uno de los puntos de propagación de las ideas de la revolución en Guadalajara en términos teóricos fue el Partido Comunista (PC) aunado a su filial juvenil, La Juventud Comunista (JC).

En Guadalajara, los debates y análisis sobre el marxismo-leninismo en dichos espacios provocaron, a inicios de la década de los setenta, la aparición de dos grandes grupos de posturas en pugna dentro del PC, las cuales rápidamente se trasladaron al seno de la JC. Por un lado se forma el grupo de los dogmáticos, aquellos militantes del partido que entendían al socialismo de manera cerrada, es decir, como si este fuera un recetario en el cual cada palabra era fija e inamovible1 . La mayor parte de estos formaban la dirección del PC y a pesar de su dogmatismo, no apoyaban la revolución armada, sino que aspiraban a la vía política. Esto se entiende como un afán de sobrevivencia institucional del partido. Por otro lado estaban los que pensaban que había que adaptar el marxismo-leninismo a la realidad mexicana y transformarla mediante una revolución armada.

Estos eran jóvenes mayormente y se asentaban en la JC. No estaban convencidos de la conveniencia de la postura institucional del PC, pues eso les mantenía en el inmovilismo. El argumento de las FRAP estaba fuertemente fundado en las lecturas del marxismo-leninismo. La particularidad de su concepción, respecto a las otras dos organizaciones guerrilleas sobre la forma en que se debía llevar la lucha, implicaba una organización de la dirigencia en pequeñas células, es decir una estructura organizativa mínima para evitar la infiltración y el rastreo por parte del Estado mexicano.

Respecto a la postura revolucionaria de las FRAP, no se ha encontrado hasta el momento algún documento que explique el desarrollo claro de un cuerpo doctrinario, cosa que si lograron desplegar en buena medida tanto la Unión del Pueblo, como La Liga Comunista 23 de Septiembre. Armando Rentería, quien perteneció a la JC, al FER y finalmente a la Liga en esta ciudad de Guadalajara, me refirió lo siguiente respecto a los grupos armados conforme a sus respectivos núcleos organizativos para lograr la revolución en ese periodo.

Desde la óptica de la Liga, podemos definir las posturas de esta manera: la Unión del Pueblo, se inclinaba por los actos de terror, poner las bombas y esas cosas. El FRAP se inclinaba por crear, reductos, guerrilla urbana tipo Tupamaros, muy cerrados; muy, muy cerrados en que con poquitos se podían hacer muchas cosas y no desperdiciar fuerzas en propaganda, si acaso sí la propaganda pero entre militantes. Y por el lado de la Liga, en planteamiento era más amplio, hasta querer formar un Partido y un Ejercito Revolucionario2.

Esta primer fase de la guerrilla en Guadalajara, en las que las FRAP hacen sus aparición de manera apresurada -conforme al parecer de Enrique Velásquez Martín3-, desató un fuerte debate respecto a la dirección que debía tener el movimiento que intentaban encabezar los grupos armados. A pesar de las divisiones en cuanto a los métodos y la estructura, algo era claro para la guerrilla en Guadalajara: la pretendida revolución socialista debería ser a nivel latinoamericano, y en ese proyecto sin duda Cuba jugaría un papel importante. El movimiento guerrillero gestado durante los primeros años de la década de los setenta en Guadalajara, había idealizado la revolución cubana; Fidel Castro era el ideal a seguir por muchos de los guerrilleros de Guadalajara y por ello, de antemano consideraban al líder cubano y a la isla del caribe, como los grandes y seguros aliados de la causa revolucionaria.

Grande sería la decepción para los miembros de las FRAP que fueron canjeados por el cónsul Terrence Leonhardy y exiliados como refugiados políticos en Cuba a principios de 1973. El ingeniero Guillermo Robles Garnica fue uno de los asilados, y recuerda con amargura en su libro, La guerrilla olvidada: Presos en la Isla de la Libertad, el desden con que el gobierno de Castro los trató. Esto por que el gobierno de Castro veía en México un importante aliado comercial y diplomático ante el boicot impuesto contra la isla por el gobierno de Estados Unidos, y por lo tanto el gobierno de Castro no quería enemistarse con Echeverría al apoyar la causa de la guerrilla de Guadalajara.

Los militantes de las FRAP eligieron a Cuba como destino con la idea de que siendo un país donde la revolución socialista se había logrado, los apoyarían en su proyecto de exportar la revolución a México. Nada más alejado de la realidad. Los guerrilleros liberados por el canje, incluidos los militantes de las FRAP, fueron escondidos y menospreciados en Cuba. No les permitieron margen de acción, y el apoyo logístico y doctrinario para desarrollar la revolución en México desde Cuba nunca se dio, al grado de que los exiliados de 1973 sólo pensaran en regresar al país para seguir trabajando por su cuenta.

De todos los asilados en la isla, los mexicanos éramos los únicos que exasperábamos al gobierno cubano, como si los demás fueran victimas de gobiernos despóticos y nosotros no; por el contrario, nos culpaban de de luchar contra el sistema mexicano, ejemplo de “régimen democrático” eso demuestra que la conveniencia política rebasaba cualquier hipocresía 4.

Reitero que la referencia citada por Robles Garnica integra a la discusión sobre el concepto de la revolución en Guadalajara durante los setenta, un ingrediente que debe ser muy tomado en cuenta: la falsa impresión que la guerrilla mexicana - o al menos las FRAP de Guadalajara- tuvo una alianza con la revolución cubana. Al parecer no existió ese vínculo de concordancia de ayuda mutua en aras de propagar la revolución socialista a Latinoamérica. Esa característica, en sí misma, ya afecta la concepción global que se puede tener sobre la idea de revolución como concepto dentro de la guerrilla en Guadalajara. La situación Cuba-FRAP, me permite señalar un primer movimiento importante que tuvo el ideal de la revolución de esos años, y a partir de ello, estudiar las posiciones políticas del Estado mexicano al respecto, lo cual me llevará a una serie de análisis sobre geopolítica.
Desde ahí fue claro notar que la utopía de la fraternidad revolucionaria latinoamericana se vio mellada respecto a Cuba como una de los principales aliadas del orbe socialista.

Citas:

Foto: Héctor Guillermo Robles Garnica y los hermanos Alfredo y Carlos Campaña López abandonan la Penal de Oblatos. Su excarcelación obedeció a un pacto entre el gobierno de Jalisco y las FRAP para que el grupo guerrillero liberara al cónsul norteamericano George Terrence Leonhardy. Foto de El Informador, 6 de mayo de 1973. Revisada en la hemeroteca de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco.

[1] Jesús Gutiérrez Jiménez, entrevista del 23 de diciembre del 2006, Guadalajara, Jalisco. El Sr. Gutiérrez Jiménez perteneció al Partido Comunista a partir de 1973.
[2] Armando Rentería Castillo, entrevista del 22 de febrero 2003, Guadalajara, Jalisco.
[3] Enrique Velázquez Martín fue el abogado de muchos de los guerrilleros de la década de los setenta en tanto estuvieron encerrados en la Penal de Oblatos. Fue simpatizante del FER y vivió de cerca el proceso de mutación del FER en movimiento guerrillero.
[4] Guillermo Robles Garnica, Guadalajara: la guerrilla olvidada: Presos en la isla de la libertad, Sin editorial, 1998, p.109.